No te voy a mentir, los lugares calurosos me ponen ansiosa y no me dejan disfrutar, pero tenía la responsabilidad como buena peruana de explorar mi selva local, y déjame decirte que Iquitos no decepcionó, por el contrario me dejó con ganas de más caminatas entre árboles y de monos juguetones. Aquí te cuento mi corta experiencia en una de las ciudades más calurosas del territorio peruano.
El vuelo
Para viajar a Iquitos hay diferentes aerolíneas pero yo decidí ir con la vieja confiable de LATAM, al menos ando sumando millas para canjearlas algún día para un nuevo viaje. Los asientos siguen siendo tan decentes como antes, y como solo viajé con maleta de mano, me probé a mi misma que estoy aprendiendo a viajar ligero.
El vuelo dura cerca de dos horas, y probablemente no te incluya snacks, así que lleva tus galletitas y una bebida. Algo que yo no sabía y lo descubrí entre sueños durante el viaje es que: hay turbulencias. No tuvimos mucho movimiento en ambos vuelos, pero no me quité el cinturón en ningún momento.
La Isla de los Monos
La verdad mis amigos y yo cambiamos el tour un par de veces hasta encontrar la Isla de los Monos, necesitamos ver a estos animalitos para ser realmente felices. Cuando es temporada de lluvia y el río sube, el bote te deja exactamente en la puerta del refugio, pero en nuestra caso tuvimos que caminar cerca de 25 minutos entre barro y maderas para llegar a nuestro objetivo. Déjame decirte que dos visitas semanales al gimnasio muestran los resultados cuando no mueres a la mitad de esta travesía.

Al llegar a la isla te pedirán que te laves el repelente/bloqueador que lleves puesto, a los monos les encanta lamer y estos productos les hacen mal. Te asignarán un guía del mismo lugar con quien seguirás caminando a los alrededores mientras algunos monitos te siguen. Conmigo se obsesionó la mona Maruja quién exploró mi cabello y no tenía intenciones de dejarme ir. Al terminar el tour puedes comprar souvenirs, y te recomiendo probar el keke de plátano, estaba buenísimo.
El Fundo de don Pedrito
Para terminar el tour, fuimos al fundo de don Pedrito, que tiene una cantidad interesante de animales, desde gallinas y loros hasta largatos y peces raros. El guía te dará comida para alimentar al paiche, que por cierto yo tenía la idea mental que era un pez del tamaño de nemo, pero no, es gigante.
En el lugar puede seguir teniendo tu dosis anual de contacto con la verdadera naturaleza. Este day tour llegó a mi gracias a Perú 4U, que tiene un muy buen servicio, nos recogieron del hotel, nos explicaron cada detalle del viaje y fueron tan calurosos en su trato como la ciudad misma.
Los museos y el boulevard
Para los días que no quieras explorar los confines del Amazonas, puedes simplemente quedarte en la ciudad y disfrutar de sus atractivos locales. Por ejemplo, el boulevard. Aquí encontrarás un mercado de artesanías, déjame decirte que me faltó espacio en la maleta de mano y dinero en la billetera para llevarme tantas monadas que vendían. En el mismo boulevard también encontrarás restaurantes de comida típica, mi recomendación es carne de venado o chicharrón de lagarto.

Por otro lado, si te gustan los museos tanto como a mi, te tengo dos recomendaciones. Comencemos con el Museo Barco Histórico Ayapua, este se encuentra a orillas del río de la Plaza Ramón Castilla. Puedes visitarlo de lunes a domingo de 9am a 5pm y la entrada está a 10 soles.
El segundo museo es el de Culturas Indígenas Amazónicas, ubicado en el Malecón Tarapacá 332, y puede visitarlo cualquier día del a semana de 8am a 7:30pm. La entrada está a 15 soles.
Si tienes más preguntas, no dudes en dejarme un comentario aquí o seguirme en Facebook. Mientras tanto, me queda una visita pendiente, más paseos por el Amazonas, y mucha más comida exótica por probar.