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(Read in English) Me gustaría comenzar este artículo con una historia. 6 años atrás fui a Egipto con mi papá, un país hermoso, los hombres no tanto. Estuvimos ahí por cerca de 10 días, y recuerdo claramente estar caminando con mi papá cuando un tipo le ofreció 100 camellos por mí. No hay necesidad de preguntar, estaba ofendida, mi papá se rió pero me dijo que siguiera caminando y que lo ignorara.

Esta es mi experiencia con los camellos y honestamente totalmente sin relación con lo que quiero compartir contigo hoy. En mi última clase de socio psicología, nuestro profesor el Dr. Dennis Kahn, nos contó una breve historia de la estoy por contarte que también incluye camellos.

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2 de los potenciales camellos que mi papá hubiera recibido si hubiera aceptado la oferta.

Hora de la historia. Un padre tenía 17 camellos y 3 hijos. Él murió y en su testamento dijo que el mayor de sus hijos debía recibir la mitad de los camellos, el segundo hijo recibiría un tercio y el último un noveno. En caso que no sea obvio, no puedes dividir 17 entre 2, o 3 o 9.

Sí, ¡Hay un conflicto! Uno de los hermanos sugirió ir a ver a una sabia y anciana mujer/hombre (hay diferentes versiones de esta historia en internet pero yo soy una mujer, así que fueron a ver a una mujer). Esta mujer vino y les dio un camello temporal convirtiendo la cantidad en 18, lo que sí, adivinaste, puede ser dividido entre 2, 3 y 9.

Para hacer la historia corta, el primer hijo obtuvo 9 camellos, el segundo 6 y el último 2. La sabia y anciana mujer se llevó su camello, volvió a casa y prendió Netflix para ponerse al día con The Crown.

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Camello egipcio falso en Egipto – ¿no es adorable?

3 cosas que puedes aprender de esto para resolver un conflicto:

Primero, busca por un consejo, especialmente de alguien que sepa más que tú. Buscar por consejo de gente que no tiene experiencia o entrenamiento, es como preguntarte a ti mismo las cosas, no va a llevarte a ningún lado.

Segundo, intenta ver las cosas desde otra perspectiva. Estos hermanos solo necesitaban un camello «extra» para hacer que las cosas funcionen y vivir en paz, pero algunas veces somos muy ciegos para verlo.

Tercero, no te metas con los camellos o con las mujeres. Las mujeres no están en venta  o en intercambio por camellos o por cualquier otra cosa. ¡No somos cosas! – Sí, esta es una llamada de atención para todos los hombres (y mujeres) que piensan que pueden comprar una vida. Punto final.