En mi último post mencioné que estaba viajando a la altura, y quiero comentarles que este ha sido uno de mis mejores viajes, disfrutado al máximo, y sin ningún efecto asesino de la altura.
Huaraz:
Llegué arropada con una casaca a quién llamaremos «oveja» para futuras referencias, y al bajar del bus hacía un calor increíble, aún sigo preguntándome dónde estaba el frío que todo el mundo me comentó.
La razón de mi viaje a Huaraz fue una charla a los jóvenes de la Escuela de Comunicaciones de la UNASAM, por encargo del CENTI, la congregación cristiana donde asisto. El poder hablar de mis dos pasiones, Cristo y las comunicaciones, ha sido el mejor regalo que Dios me ha dado.
Carhuaz:
Está a 40 minutos de Huaraz, y en El Porvenir (En la misma Plaza de Armas) venden los mejores helados naturales de la región, recomendación personal: Plátano/Fresa con chirimoya.
Fue en Carhuaz donde compré todos mis sourvenirs para volver a casa, recuerdo estar en una tienda chequeando los típicos regalos (llaveros, pulseras, etc) cuando la chica que atendía me dijo: eres tú, la de la charla. Y yo: ah si, creo que soy yo, ¿Estuviste ahí?. Luego Kiara, porque así se llama, procedió a contarme lo que más le gustó de mi conferencia.
Puede ser una situación casual, pero que alguien te reconozca por algo que hiciste, se siente muy bonito, y mejor si es por cosas que te apasionan, en mi caso, Cristo y las comunicaciones.
Kiara fue la que nos dio las instrucciones necesarias para llegar a Yungay, y la que me advirtió sobre una heladería al lado del cartel de Claro, donde «no pasa naaada».
Yungay:
Todos sabemos lo que paso hace más de 30 años en este lugar. Si no lo sabes, puedes revisar esta info básica aqui. Realmente nunca tuve en mis planes visitar, pero no puedes venir a Huaraz, y no conocer parte de la historia de tu país. Yungay se encuentra a los pies del Huascarán, y en 1970 debido a un fuerte sismo, fue borrada totalmente del mapa. Hoy puedes visitar los restos, ver monumentos en honor de los caídos, y contemplar uno de los nevados que forma parte de los atractivos del Perú.

Huaraz en quechua ancashino significa amanecer, y no me quedan dudas que las dos mañanas que estuve ahí, fui deslumbrada por unas nubes perfectas, y un cielo celeste puro.
Ya estoy de vuelta en casa, extrañando las alpacas, la helada que sientes entre las 4 y 6 de la tarde. Estoy nuevamente en la Lima gris, donde no hay nevados, ni paisajes para morir feliz.
Ya estoy de vuelta en casa, donde todo queda lejos, pero también donde descansan y crecen mis ganas de volver a Huaraz.
Ratu Kama, Huaraz // Hasta luego, Huaraz
Pd. Si alguien, entre Carhuaz y Yungay encuentra unos lentes rojos parecidos a los RayBan, por favor, avísenme 🙁