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Comparto una cuenta de Netflix con un individuo que para fines publicitarios llamaré mi mejor amigo – te quiero, chini – y siempre me recomienda series, algunas no me cautivan pero la gran mayoría me deja enganchada. 13 reasons why ha sido la serie que más ha insistido que vea, y que me ha impactado de una manera tan fenomenal que necesitaba escribir al respecto.

13 reasons why, toca de una manera directa y sin mucha decoración varios temas que de una manera u otra forman el carácter de una adolescente, para mi los dos más importantes, son el bullying y la objetivización de la mujer. Hannah – el personaje principal – es una adolescente, como tú y yo lo fuimos en algún momento de nuestras vidas que tuvo que transitar la vida colegial tolerando lo previamente mencionado.

En la serie encontramos todos los personajes con los que en algún momento nos cruzamos durante nuestra época de colegio – o hasta de universidad – el deportista, el estudioso, el extranjero, el cool o famoso, ¿Pensaste en uno? Sí, ese también esta, como principal o secundario pero está.

Te has preguntado ¿Cómo tus comentarios sin filtro y tus acciones sin pensar afectan a las personas a tu alrededor? ¿Cuál es la línea entre bromear con alguien y hacerla sentir inferior? ¿ Cuál es la línea entre señalar algo de una chica y objetivizarla como si su único propósito es ser bonita ante tus ojos?

Hay muchos personajes en la vida de un adolescente – y aun en un adulto – que juegan un papel importante, profesores, padres, los amigos, entre otros, pero, ¿donde está la linea entre ayudar y socavar la privacidad? Hannah pedía ayuda a gritos, pero de una manera tan sutil que muchos pensaron que era tan solo una pequeña exagerada crisis juvenil.

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Por el momento es una serie exclusiva de Netflix

¿Me he sentido como Hannah en algún momento de mi vida? Sí, por supuesto, ser mujer en un país machista no es fácil. ¿He sufrido bullying? Sí, quizá no a gran escala, pero estuvo ahí, no es fácil ser la chica rara hija de misioneros con toques de nerd. ¿Lo superé? Sí, pero no fue sola, tuve – y tengo – un círculo cerrado de amigos y una familia con la que puedo hablar de todo. Quizá estos fueron elementos que le faltaron a Hannah.

Lo último que hizo Hannah fue cortarse el cabello – como lo hice yo* – buscando un nuevo comienzo, decidió intentarlo una vez más, y fue el consejero de su colegio que le dio la última razón para dejar de luchar, dejar de intentar.

Clay se culpó de haber tenido miedo de amarla, pero el solo era un adolescente, con sus propios miedos y reparos, estaba creciendo, tal y como lo hacía Hannah. ¿Pudo Clay salvarla? Yo pienso que no, ni Clay ni nadie en la serie pudo hacerlo, pero sí pudieron evitar llevarla hasta ese punto de quiebre.

En un resultado totalmente opuesto pero quizá con elementos parecidos, está Skye Miller, un personaje secundario que no consideró el suicidio como una opción de escape, decidió vivir y nos muestra la otra cara de cómo sobrellevar las cosas.

Hay muchos artículos donde recomiendan tener cuidado al ver esta serie porque podría propiciar el suicidio, y probablemente tengan razón en tener su reparos, pero por qué no recomendamos a nuestros padres a ser abiertos a escuchar a sus hijos, a los consejeros escolares a no dejar a un alumno incomprendido y a los jóvenes a respetar la vida de cada uno de sus compañeros y sus batallas privadas. Que seamos todos aliados de guerra, y no enemigos casuales. 

Por si no fui clara, recomiendo la serie.

* No estoy insinuando que consideré el suicidio, los cortes de cabello en una mujer son para cambiar o quemar una etapa, y así me pasó a mi hace un año y medio atrás.

** La serie está basada en un libro – necesito leerlo.