Como cristiana una de las cosas que más me aterroriza es aquellos que usan la fe de las personas para enriquecer sus bolsillos, inflar sus egos y aumentar su popularidad. Como cristiana, a diferencia de otros creyentes, no busco convertir a todo el que conozco pero siempre dejo mi puerta abierta por si alguien tiene curiosidad de cómo funciona el tener una relación con Dios.
Como ser humano que soy me veo en la obligación de enseñarte algunos tips básicos de cómo detectar si estás realmente asistiendo a una iglesia de Dios o a un centro religioso con fines de lucros bien obvios pero quizás inexistentes para ti. Considero que cada uno es libre de tener una relación con Dios como mejor le parezca, cercana, lejana, lo que se te ajuste, pero también pienso que tienes que necesitas todas las cartas para tomar una buena decisión.

Mi único objetivo, en esta ocasión, es brindarte algunas herramientas para no enfrentarte sin la información básica cuando decidas comenzar a andar bajo los principios de alguna religión, en especial si es una que involucra al Dios en el que yo creo. La religión ha probado una y otra vez el poder que puede tener sobre sus seguidores, y me apena verla ser usada por las personas equivocadas.
Tus finanzas
Tu relación con Dios no tiene un precio, tu salvación o la bendición en tu vida, tampoco. Si la congregación a la que asistes le pone un costo a cada paso de tu acercamiento a Dios, algo está mal.
¿Qué es el diezmo? Es el 10% de lo que generas y que se lo das a Dios en agradecimiento por su respaldo y bendición en tus proyectos. ¿Qué es la ofrenda? Es un monto simbólico que lo presentas a la iglesia para honrar a Dios y los pastores que la dirigen. Dar alguno de estos dos – u otras cantidades bajo otros títulos – no te hace mejor persona, tampoco te hace más cristiano.
Tu lugar en el Reino de Dios
NO PUEDES COMPRAR TU LUGAR EN EL CIELO. Repito, no puedes comprar tu lugar en el cielo. No importa cuánto dinero des a la caridad, o en diezmos. No importa cuánto tiempo pases en la iglesia o ayudando al pastor. No importa cuántos cursos de religión lleves. Tu lugar en el cielo es por la gracia de Dios y no por los buenos actos.
Si tu pastor está intentando venderte un lugar especial en el cielo, estás en el lugar equivocado. Si tu líder en la iglesia dice que la salvación se gana a punta de las veces que asistes o las buenas acciones, te está metiendo cuento. La salvación, tu lugar en la presencia de Dios, no está condicionada a nada que puedas hacer en tus fuerzas humanas.
Tu relación con Dios
No necesitas intermediarios para entablar una relación con Dios, tampoco repetir a cada rato, sin ni siquiera entender, un rezo previamente escrito por otra persona. El proceso es muy fácil, es tú hablando directamente con Él. La confesión a través de alguna autoridad religiosa no perdonará tus pecados.
La relación con Dios no se construye hablándole a estampitas o virgencitas, son seres inanimados y Dios es un Dios vivo. A Él se le ora, se le habla desde el corazón. No es un proceso fácil pero Él siempre estará presto a escucharte mientras ganas confianza en acercarte.

Si tienes problemas con las religiones estoy segura que este artículo te molestó y mucho. Si eres de los que intenta vender una religión a cambio de beneficios, estoy segura que piensas que este artículo está equivocado. Si tienes curiosidad de cómo funciona mi idea del cristianismo, déjame un comentario, mándame un mensaje en mi página de Facebook, que aquí estoy, materia dispuesta.