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En algún momento de mi vida profesional fui jefa de prácticas en una universidad, uno de mis alumnos trabajaba para el BANBIF y era un gran chico, dejaba en alto el nombre de su organización. Quizá en eso influyó en que decidiera abrir una cuenta sueldos ahí. Meses después dejaría las aulas y mi relación con este banco se volvería extraña, solamente se alargó porque no estaba en el país para terminar todo.

Los hechos que te voy a contar son aislados, quizá tú si tengas una experiencia placentera con BANBIF, y si bien no pienso que es un banco desastroso, siento que le queda mucho por mejorar en el servicio y tarifas, mientras que yo ya aprendí a hacer más y mejores preguntas cuando de intereses y préstamos se trata.

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Préstamos académicos

A finales de junio del año pasado cerré mi cuenta sueldo porque terminé mi relación laboral con mi entonces empleador, un mes después me acercaría las oficinas de BANBIF para consultar sobre préstamos académicos, a mi gran sueño de irme a Israel a estudiar una maestría le faltaba un poco de monedas.

Digamos que yo necesitaba 100 soles para completar mi matrícula, el escenario en la gran mayoría de bancos peruanos es presentar tu documentación junto con avales que perciban sueldos altos y así respaldar tu solicitud. Aparentemente en el Banco Interamericano de Finanzas tienen una mentalidad un poco diferente.

Para acceder a un préstamo de 100 soles, yo debía acreditar la tenencia de una casa valoriza en ese monto, luego entraría en una modalidad de hipoteca y ellos me prestarían el valor de la casa. Letras chiquitas por aquí, letras chiquitas por allá, no solo estaría pagando un préstamo académico, estaría comprando mi casa del banco y sumando intereses como si no hubiera un mañana.

La otra opción, que también es un toque irreal, es acreditar que tengo los 100 soles en físico en mis cuentas bancarias, y dárselos a ellos para que ellos me generen «intereses» a favor (como una cuenta a plazo fijo), mientras que al mismo tiempo me generan «intereses» en contra porque me van a prestar mi propio dinero para irme a estudiar. Si te causó tanta risa triste como a mí, por favor, comparte este artículo.

Intereses ocultos

Aquí es donde yo caigo en la vieja trampa de ser ingenua y confiar a ciegas en mis bancos, para ser hija de economistas dejo mucho que desear, y la verdad, en el fondo todavía creo que todos tienen un buen corazón e intenciones puras. Ya sé que no es verdad, no es necesario que me des esa mirada de burla. Déjame soñar.

Mi excelente historial crediticio se debe a que la mayoría de mis compras con tarjeta de crédito son a una cuota, y siempre pago antes de la fecha de vencimiento. Toma nota, consejo hasta de una coneja (ay, no rima). Algunas veces he comprado cosas en dos cuotas o más y he sido consciente que pagaría intereses.

No soy muy buena con los términos financieros, pero me encantan los ejemplos de manzanitas y peritas, y así es cómo pienso explicarte por qué ya no tengo tarjeta de crédito con el BANBIF.

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Mi cierre de facturación son los 10 de cada mes, si yo compro una lavadora por 800 soles el 17 de diciembre, se me debería cobrar en el recibo del mes de febrero. Si tomamos en cuenta que la compra la hice en una sola cuota, ¿cuánto piensas tú que debería pagar yo en el mes de febrero en mi recibo si no hice más compras?

Yo sé que estás pensando: obvio, los 800 soles más el desgravamen. Quiero que sepas que estás equivocado. De acuerdo a los parámetros de este banco, también aplican intereses a las compras de una sola cuota, es decir, mi recibo de febrero vendría por un monto cercano a 830 soles más el cobro del desgravamen. IMPRESIONANTE.

Mi yo ingenuo se levantó de una sola y dijo: ay, me vienen cobrando en todos lados entonces. Resulta que no, por lo pronto sé que el BCP no cobra intereses a compras en una sola cuota, y si bien aún no les perdono por negarme el crédito estudiantil, siempre les estaré agradecida por darme mi primera tarjeta de crédito y por nunca cobrarme intereses extraños.

No quiero ni pensar, y realmente no he revisado todos mis estados de cuenta, cuánto dinero se llevó BANBIF mientras yo solo quería construir un buen historial crediticio sacando a una cuota y pagando a tiempo. Con todo esto, lección aprendida, una pregunta más para la lista interminable de interrogantes que le hago al ejecutivo bancario cada vez que me llaman para ofrecer un nuevo producto financiero. Por el momento, BANBIF y yo hemos terminado nuestra relación y no hay vistas de retomarla.