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Esta es mi primera entrevista vivencial y estoy muy emocionada de contarte cómo me chorreaba la baba mientras mi dentista favorito respondía las preguntas que le iba escribiendo en el celular. En serio, mi dignidad ha quedado en una silla de su consultorio, pero al menos sé que tengo dientes fuertes, bien limpios y listos para morder mi pollito a la brasa cuando el aislamiento social obligatorio ceda un poquito.

No me gusta ir al dentista porque la mayoría de sus instrumentos hacen sonidos raros que me dan miedo, y porque todos quieren arreglarme un diente raro que tengo en la mandíbula de abajo, aparte que como los típicos doctores me hablan en términos raros y cuando no entiendo, no quiero nada. Aun así, Cesar Madalengoitia me impresionó desde el primer momento, me explicó todo con manzanas y peras y se tomó el tiempo de hacerme sentir cómoda para dejarlo hurgar entre mis dientes. Aquí te cuento lo que hablamos.

Había una vez un dentista

A diferencia mía que en el colegio me incliné a las ciencias sociales, Cesar se fue por el sector científico. Luego encontraría en la odontología lo que estaba buscando, ver estética y cirugías, aunque recién a mitad de la carrera realmente le agarró el gusto. Terminando los años de preparación se dio cuenta que tenía afinidad a la endodoncia. Y claro, obvio que tú y yo sabemos que es eso, así que le pido a César que me lo explica.

Este campo de la odontología es el tratamiento de los conductos radiculares, se encarga de retirar todo lo que está dentro de la raíz, sea nervio o infección, y en su reemplazo dejar un medicamento. Antes cuando uno tenía una caries muy profunda se optaba por retirar el diente por el dolo que podía causar la curación, pero la endodoncia cambió esto. Es una estrategia que promueve recuperar la zona afectada sin sacar el diente y de ser necesario agregar una corona, que es una prótesis que va sobre el diente previamente manipulado.

Le pregunto por sus casos más significativos, veo en sus ojos pasar muchas historias y quiero que la entrevista dure toda la noche para saberlo todo, no puedo con mi curiosidad. “Me han tocado muchos casos graves de infecciones que he tenido que derivarlos a un cirujano, porque llegaron al hueso”, obvio que se me escarapela la piel y hago una nota mental para limpiarme los dientes con mayor profundidad.

Como dato interesante me dicen que en aquellos pacientes que sufren de enanismo sus raíces dentales son como quebradas, donde en lugar de un solo conducto, pueden tener hasta 3. También ha tenido pacientes con claustrofobia y nerviosos que no soportan tener cosas en la boca. “Una endodoncia es algo muy personal, cada caso es diferente, y eso me motiva a seguir aprendiendo y practicando”, me dice muy serio pero feliz.

La odontología deportiva

Conocí a Cesar porque entrena con mi hermano en powerlifting, mi nuevo dentista me cuenta que se enamoró de este deporte porque “no tiene nada que ver con mi carrera, me ha enseñado a ser más disciplinado con mi trabajo, mis horarios, etc.” Quizá todos deberíamos aplicar un poco de powerlifting a nuestras vidas, yo ya lo intenté, pero casi me voy de espaldas con la barra, y ni siquiera tenía los bumpers puestos.

Hay una rama de la odontología que es relativamente nueva y que de a poquitos está llegando a Lima, está relacionada con la salud dental de los deportivas. “Está demostrado que una buena salud dental puede proporcionar un mejor rendimiento”, afirma Cesar mientras cambia la gasa que tengo entre mi labio superior y mis encías.

Si un deportista descuida una caries o alguna enfermedad a las encías, esto puede causarle un problema secundario en las articulaciones porque hay una bacteria que va por el torrente sanguíneo, es así que la odontología deportiva se especializa en que todo el sistema bucal esté sano y en óptimas condiciones.

Esto no es todo, ahora también se diseñan férulas deportivas para que al realizar las distintas actividades deportivas se puedan proteger los dientes y encías, ya que al ejercitarse uno aprieta los dientes y puede causar problemas musculares, dolores de cabeza, problemas de respiración. Ojo, esta férula no es cómo la del boxeador. Cada deportista debe confeccionarse una férula a medida, “no es indispensable pero definitivamente ayuda”, me cuenta Madalengoitia. Al apretar los dientes, generas tensión y por lo tanto logras tener mayor potencia.


No hay mucha magia en el cepillado dental, basta con hacerlo 3 veces al día, después de cada comida, no olvidar limpiar la lengua también y de ser posible, usar enjuague también. A mi dentista nadie lo auspicia, pero prefiere Colgate y Oral B para una buena limpieza dental. A futuro César se ve estableciendo su propio consultorio en especialidades que le gustan: estética y rehabilitación, así también, quiere seguir mejorando en powerlifting, hoy levanta hasta 250 kilos en peso muerto.

Si estás buscando un nuevo dentista, puedes llamarlo al 987 298 497, también puedes pedirme que te ayude a agendar una cita, yo encantada. Cesar Madalengoitia, es el dentista que no sabías que querías en tu vida, pero que tus dientes necesitan para seguir sonriendo con la seguridad de siempre.