No sé si lo he explicado antes, pero lo haré otra vez igual. Mi cumpleaños es el 6 de marzo, y de acuerdo a la teoría de mi papá, el 7 comienzo a caminar mis 31, porque el día anterior cerré los 30. Te explico. El día que tú naces comienzas a andar tu primer año de vida, al llegar tu primer cumpleaños, cierras ese primer año. Y así va avanzando. Entonces, al llegar mi cumple 30, en realidad estoy cerrando estos 30 años de vida, y pues como que eso te hace ver las cosas en perspectiva.
Si a los 20 me hubieras preguntado dónde me veía para los 30, casada, viviendo en el extranjero, manejando un podcast, haciendo crecer una organización sin fines de lucros, siguiendo un doctorado, con brevete, con una perra adoptada y un hámster engreído, no estaban dentro de mis probables respuestas; pero Dios obra de manera misteriosa, y te pone en situaciones que nunca soñaste.
No te voy a aburrir con un resumen de mi vida, porque en serio que no es tan interesante, pero si quiero compartir contigo 30 lecciones que he ido coleccionando a través de estos años. Algunas son de mis propias aventuras, otras me las compartió alguien y las adopté. Espero las encuentres útiles, o al menos entretenidas. No tienen ningún orden en particular, las pongo como las fui recordando.
Aquí vamos.
1. Si hay un problema, prepara por lo menos 2 soluciones
Mi profesora Marita, del pregrado, fue también la que me dio mi primera oportunidad laboral. Comencé dándole apoyo con unos documentos, y me volví parte de su equipo de trabajo. En las gestiones que realizaba, a veces se presentaban inconvenientes y como toda inexperta, iba corriendo donde ella a pedir guía.
Al inicio me atendía, me explicaba y me daba dirección, pero luego un día me dijo que no fuera donde ella si no tenía la menos 2 posibles soluciones. Suena un poco a presión y de pronto abuso, pero la verdad, ayudó a despertar mi creatividad y mi facilidad de resolver conflictos. No siempre tenía dos ideas, y si las tenía, no siempre eran las mejores, pero con el tiempo fui puliendo mi forma de pensar, y a veces ya ni necesitaba contarle, lo resolvía de manera independiente.
2. No todas tus amistades son para siempre
Yo admiro mucho a la gente que tiene amigos desde el nido, es una mezcla de admiración con envidia, para serte honesta. Yo no tengo eso, actualmente mi amistad más antigua es desde los 2 últimos años de la secundaria, y en realidad nos volvimos amigos al salir del colegio.
He ido creciendo, y he ido entendiendo que las amistades, no siempre, son para siempre. Que hay amigos que llegan a tu vida para enseñarte algo en cierto momento, y luego se van, y eso está bien. Hay amigos temporales, porque tú cambias, ellos también, y luego de ese proceso, no siempre son compatibles nuevamente. Valora a tus amigos, pero entiende que no necesariamente estarán ahí para siempre.
3. Saca tu licencia de conducir
Si me lees de hace tiempo, sabes que hace poco saqué mi licencia de conducir. Cuando vivía en Lima nunca me animé, qué miedo manejar en el tráfico peruano. Al año de mudarme a Israel, me empezó a picar la curiosidad de cómo sería poder manejar por las calles de Jerusalén, y decidí comenzar con mis clases de manejo.
Soy una persona muy nerviosa y distraída, así que mis primeras 10 lecciones fueron gritando al volante segura de que iba a chocarme contra algo, pero no pasó nada. Tuve un instructor increíble, que con ese sentido del humor un poco duro que tiene el israelí, me dio la confianza para sentirme poderosa en el volante. Ya conquisté carreteras para irme a pasear, como también, estuve involucrada en la mudanza llevando cosas en el carro. Tener un brevete ha sido una de mis mejores decisiones de los últimos años.

4. No puedes tenerlo todo en la vida
No es que quiera ser negativa, porque me gusta pensar que podemos lograrlo todo. Aún así, hay una gran diferencia entre lograrlo todo y tenerlo todo. Me explico. No puedes conseguir un puesto soñado en equis país, sin dejar atrás a tu familia/amigos/lo que conoces.
Cuando conocí a mi ahora esposo, mi gran problema era que al casarme con él, tendría que dejar Perú, y no era una decisión fácil para mi. Conversando con mi tía favorita, Daly, me dijo esto, que no podía tenerlo todo en la vida. Que si quería una vida al lado de mi esposo, tenía que sacrificar algo. Que Perú no iba a desaparecer, pero que un matrimonio no se podía construir a distancia.
Y aplico ese consejo en muchas cosas (mira el consejo 18). No tenemos que aspirar a ser esa super mujer que lo hace todo sin cansarse, por el contrario, ser la niña grande es aceptar que a veces hay cosas con las que no podemos, y eso está bien.
5. Ten al día tu pasaporte
Esta es una fácil. Pon un recordatorio en tu celular un año antes del vencimiento del pasaporte actual. El contexto actual nos ha demostrado que no podemos olvidarnos o dejar a último momento el tener un pasaporte vigente.
6. Aprende mínimo un segundo idioma
Por descarte te diría que el inglés es el segundo idioma a estudiar, peeeeero la verdad es que a veces aprender un idioma raro te puede ser útil. Hace como 10 años quise aprender hebreo y varias personas me pincharon el globo de que no me sería útil, y pues hoy con 30 años, que me entren palabras nuevas en la cabeza es todo un reto.
Aprender inglés es fácil y gratis muchas veces. Así que métele ganas a ese idioma, y luego busca uno que te apasione.
7. No tienes que amar y aceptar a toda tu familia
Yo sé que a mi mamá no le va a gustar este consejo, pero es lo que es. En Latinoamérica hay mucho de esto, que porque es familia hay que aceptar todo y nunca decir nada. Mi tiempo en Israel, mi tiempo en matrimonio, me ha enseñado que ser familia no te compra el amor ni la aceptación.
Está bien que no te caigan bien algunos familiares, que prefieras evitar la interacción y la relación en general. Es mejor eso, a pretender que todo está bien, o ir generando disputas innecesarias. Eso sí, mantener la distancia no significa acumular resentimiento. Si estás haciendo lo segundo, mejor es hablar las cosas, aunque cueste un poco.
8. Crea recuerdos
Quisiera tener más videos con/de mis abuelos, pero a veces la gente me decía que era mucha vaina. Pues no, saca tu cámara, haz videos, fotos, armen cosas juntos que en el futuro sean recuerdos permanentes. Daría mi reino por un video de mis abuelos jugando ludo y riéndose.
9. Diversifica tus apoyos/compras
Algo que me enseñó mi papá, y que curiosamente lo veo en mi suegro también, es el no gastar/invertir todo tu dinero en un solo lugar. Por ejemplo, vas a una feria, cómprale a diferentes puestos. Vas a un centro comercial, intenta en varias tiendas. Así también, si tienes dinero para donar o apoyar alguna causa, diversifica tus causas, siembra en diferentes lugares.
10. Ahorra, pero en serio
Yo sé que muchas veces no es fácil ahorrar, que nuestras responsabilidades financieras empatan o superan nuestros ingresos. Nunca me ha gustado el término gasto hormiga, porque ese es el gastito para el gustito y todos merecemos engreírnos un poco. Aún así, algo que es muy importante es el vivir por presupuesto.
Si al final del mes te quedaron 5 soles, oye, son 5 soles para el ahorro, parece poco pero es algo, en serio. Si bien dije que no me gusta el término de gasto hormiga, creo que se debe de incluir en el presupuesto. Por ejemplo, el ponerte que equis monto de tu ingreso mensual no tiene que estar justificado, pero que tampoco va a afectar tu estabilidad financiera.
11. Invierte en una visa americana
Yo sé que es un privilegio, pero también una inversión. No soy muy amiga de la idea del sueño americano, y quizá por eso siempre me negué a aplicar para la visa. Cuando tenía aproximadamente 11 años mis papás aplicaron para mi y mi hermano y nos la negaron. Eso no ayudó a mi sentimiento negativo hacia el país norteño.
Al terminar la carrera mi mamá literal me obligó a solicitarla de nuevo, y oh sorpresa me la aceptaron. Durante 8 años no la usé, y en los últimos 2 años, mis pasajes más baratos para volver a Perú han sido gracias a poder hacer escala en EEUU. Ya me toca renovarla, y si bien sigo teniendo pocos sentimientos bonitos hacia el país, el ahorrar en el pasaje para visitar a mi familia, hace que el esfuerzo y la inversión, valgan la pena.
12. Que no sepan cuan buena eres
Mi primera jefa se dio cuenta que yo era rápida para varias cosas, y un día mientras almorzábamos me dio este consejo. Casi 10 años después lo tengo muy claro, porque mientras mejor eres, más te exigen, y no siempre te recompensan mejor. No quiero decir que seas mediocre, solo digo que no le pongas tanto brillo a tu trabajo a menos que estés siendo recompensada de la misma manera.
13. Aprende cómo funcionan los impuestos
En primera instancia consíguete un amigui de contabilidad, para que aprendas los términos y cómo funciona ese mundo de los impuestos, IGV y demás. Aún recuerdo a Daniel, un compañero de trabajo con quien compartía oficina. Él era el encargado de contabilidad en la oficina, y de tanto escucharlo todos los días, creo que al menos me gané un diploma de especialidad en contabilidad agraria.
Aprende cómo funcionar el trabajar con recibo por honorarios, cómo declarar tus impuestos, cómo solicitar devolución, estas cosas parecen chiste, pero realmente son importantes para triunfar en la vida empresarial y profesional.
14. Una también se casa con la familia de su pareja
Cuando la familia de tu pareja no aprueba la relación, muchos salen a decir que no importa, que uno no se casa con la familia, pues vengo a decirte que uno sí se casa con la familia también. Quizá los verás menos porque no hay química ni aprobación, pero al final del día, siguen siendo la familia de la persona con quien quieres pasar el resto de tu vida, y ese es un tiempo bien largo para estar en malos términos. No digo que cortes la relación, pero que entiendas que te guste o no, tendrán un impacto en la relación. Y esto es algo a tener en cuenta.
15. Mejor perder un segundo en la vida, que la vida en un segundo
Este es un consejo bien común, mi tatita me lo decía siempre cuando salíamos a pasear. Lo interesante es que también lo puedes aplicar en tu vida. Si estás por explotar por alguna razón, tómate un segundo para pensarlo, no quisieras destruir una relación por un segundo de furia, ¿no?
16. Tu enamorado tiene que ser tu mejor amigo, pero no necesariamente tu mejor amigo tiene que ser tu enamorado
Mi papá siempre hace este comentario cuando da charlas sobre el amor/relaciones sentimentales. La primera vez que lo escuché medio que entré en trompo porque yo siempre he tenido mejores amigos hombres y automáticamente pensé que uno de ellos era el futuro Señor Random.
Durante mi adolescencia y juventud siempre analizaba con precisión a mis mejores amigos, ponía escenarios en mi cabeza sobre una posible relación y siempre el resultado era un no rotundo. Así es como entendía poco a poco la segunda frase. Años después llegaría el señor Random, que comenzó como un gran amigo, se volvió el mejor entre todos, y hoy es mi esposo. Apliqué el consejo, tomó un tiempo, pero se aplicó.
17. No te enamores sin haber cumplido tus metas personales
En mi artículo sobre buscar lo que encontré, te hablo un poco de esto también. En definitiva yo no estaba buscando nada porque aún tenía metas personales en proceso de cumplirse. Quería termina la maestría, viajar, cometer un par de errores, y otras cosas más. En el amor se pueden cumplir metas conjuntas, pero algunas deben ser personales.

18. Aprende a delegar
Más de una vez me han llamado todista, y no me voy a molestar en negarlo. Mi todismo viene de mi falta de confianza en que la gente pueda hacer las cosas como espero/necesito que sean hechas. Cuando he trabajado en equipo he luchado por compartir las labores pero al mismo tiempo, eso me ha enseñado a explicarme mejor y a compartir mis técnicas para lograr algún objetivo en particular.
Hoy manejo varios proyectos personales y tengo la posibilidad de tener a alguien que me apoye con ellos. Me costó al inicio, pero entendí que confiando en otros, se crece más bonito y mejor. Si quieres un cargo de jefatura en el futuro, tienes que pulir tus habilidades de trabajo en equipo y de delegación.
19. Lo que producimos, refleja quienes somos
En este primer año del doctorado, en una de las clases tuvimos la visita de 3 fundadores de distintas ONG. En la ronda final de preguntas, se les pidió un consejo sobre tener nuestra propia organización sin fines de lucro y una de ellas dio este consejo. Nos decía que el éxito de tu organización depende de cómo te encuentres tú.
Si tú estás desordenada, sin rumbo, o distraída, eso es lo que saldrá de lo que estás creando. Lo que producimos es el reflejo de quienes somos en ese momento. A veces, antes de producir algo tenemos que curarnos y ordenarnos a nosotras mismas.
20. Tus logros, son tuyos, gózalos
El síndrome de la impostora es real, pero tus logros también. Tus anochecidas, tus sacrificios, tus riesgos, todo lo que conllevó que hoy estés donde estás es mérito propio y tienes que aprender a disfrutarlo. Yo sigo en modo incrédula de todo lo que está logrando mi bebe migrante: Granadilla Podcast. Me cuesta muchísimo reconocer mis logros, pero estoy en proceso de lograrlo.
Me emocionan mis victorias, claro que sí, pero a veces siento que la sociedad o el compararme con otras me dice: aún no has logrado nada. Y no es así, he logrado mucho, y me toca seguir aprendiendo a celebrar mis logros, a disfrutar mi gloria bien luchada.

21. Cásate con alguien que entienda tu intensidad
El matrimonio nunca estuvo en mis planes, al menos no a corto o mediano plazo. Luego llegó el señor Random y puso muchas cosas en perspectiva. El señor Random va calmado por la vida, mientras que yo soy el conejo de Duracell siempre con las pilas al máximo. Al inicio no sabía si esas diferencias serían compatibles o siquiera superables. El señor Random no ha cambiado su intensidad, sigue siendo ese hombre calmado y pausado, pero en su ritmo, entiende y ama el mío.
Entiende que me quede hasta las 3am porque me invitaron a dar una charla, entiende que tengo 23913 proyectos al mismo tiempo y no me siento presionada, entiende que mi cerebro nunca para y siempre estoy pensando en lo que haré después. Y para mi, que él entienda y apoye mi intensidad es todo lo que puedo pedir en la vida.
22. Ten un perro
No existe un mundo feliz sin un perrito a tu lado. Mi primer perro se llamó Shamir, y fue todo un aprendizaje. Me acompañó durante la secundaria y la universidad, y me esperó al volver de Israel cuando hice mi maestría. En junio del 2020 se fue al cielo de los perros y me dejó con un vacío inmenso.
Un año después, al inicio de mi matrimonio, llegaría Killa. Una versión totalmente diferente a Shamir, pero que llegó a acompañar una etapa nueva en mi vida. Killa me enseña a diario el nivel básico de maternidad, y de corresponsabilidad parental con el señor Random. No existe sonido más hermoso que unas patitas corriendo a acompañarte en el sofá. Lo aseguro.

23. Tú defines tu fe, no el mundo
No me gusta hablar de religión porque crecí en una familia cristiana y con padres misioneros, entonces cuando digo que soy creyente, la gente asume que soy la típica conservadora de mente cerrada, y no es así. Me ha tomado mucho tiempo entender que yo defino mi propia fe y cómo vivirla. No la puede definir el pastor de la iglesia, ni la gente que me rodea en mi día a día. Estar lejos de la congregación ha incrementado mi fe, y ha fortalecido mi forma de ver a Dios y mi relación con él.
24. Renunciar es un privilegio
Siempre veo en redes gente quejándose de sus trabajos y personas diciéndole: renuncia. Quedarte sin trabajo no es gracioso, y no siempre factible. La primera vez que renuncié a un trabajo fue para darle toda mi atención a mi último ciclo de la universidad y a mi tesis. Tenía a mis padres que me daban un techo, comida y propinas.
La segunda vez que renuncié a los 2 trabajos que tenía fue cuando me mudé a Israel para hacer la maestría, y aún así tenía unos cachuelos que hacía de vez en cuando. La tercera vez que renuncié fue en el proceso de transición entre Perú e Israel, y en realidad ya tenía una chamba alineada así que pasé algunos días sin trabajo nada más.
Escribo estas líneas desde el desempleo absoluto pero con una tranquilidad media extraña de que tengo el privilegio de estar desempleada y no morir en el intento. Tengo un esposo maravilloso que me apoya en esta misión de encontrar una chamba que realmente me apasione, tengo unos ahorros que aunque humildes, me pueden tener unos cuantos meses más sin preocupaciones, y tengo proyectos personales que me mantienen vigentes a nivel profesional.
Renunciar es un privilegio y no es de libre acceso.
25. Que nadie tenga en poco tu juventud
1 Timoteo 4:12 dice así: Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. No pretendo ponerme toda religiosa, pero si agarrarme de este versículo tan poderoso para decirte que tú puedes, y que lo hagas.
Si bien estoy cumpliendo 30, y ya no soy tan joven, aún tengo gente diciéndome: ay, pero si está chiquita. Bueno, ya sé que soy chata, pero no soy una niña. Tengas la edad que tengas, que no sea un obstáculo para demostrarle a la gente de lo que eres capaz.
26. ¿Por qué no?
Esto es algo que amo de la cultura israelí, de la fuerza local para sacar adelante lo que se proponga. Cuando a un israelí le dices que no, te van a preguntar pero por qué no, y si tu respuesta es alguna regla rara o invento burocrático, te aseguro que se inventan una app, o un negocio o lo que sea, que solucione el impedimento que les pusiste en frente.
27. No también es una respuesta
Cuando nuestro combustible es hacer a las personas felices, decir que no casi nunca es una opción. A mi me ha tomado años entender que no es una respuesta totalmente aceptable y no debería ser criticada ni resentida. Claro está que decir no para herir o afectar a alguien está mal.
Aún hasta ahora me gusta decirle que sí a lo que me piden o me proponen. Sí, me quedaré hasta las 2am para contarle a tus estudiantes sobre Granadilla Podcast. Sí, hagamos este proyecto de manera conjunta. Sí, yo me encargo de organizar la reunión. Sí a casi todo, pero con un nuevo filtro: ¿este sí nos hará feliz a ambas partes? Y si este sí solo le da felicidad a la parte que solicita, ¿es un sí en el que vale la pena invertir mi tiempo/sueño/recursos/ideas? Si la respuesta a esta última pregunta es no, entonces a la solicitud también le llegará un no. A veces tenemos que decir no para respirar un poco, para descansar, para liberar nuestras agendas y vidas para vivir, simplemente vivir.
28. Los mejores amigos se prueban en las buenas como en las malas
Siempre se dice que los verdaderos/mejores amigos se prueban en los momentos de dificultad, para ver si se quedan a extenderte un brazo, a apoyarte. Mi cuota a este consejo, es que también se prueban en los buenos momentos. Si a ti está yendo recontra bien, la estás rompiendo en lo que sea que te hayas propuesto y tus amistades tienen comentarios medios envidiosos, no están ahí para apoyar tu crecimiento, y por el contrario, parece que no quisieran verte triunfar, pues ahí no es. Así de simple.
29. La felicidad es una decisión
Ya sé que suena a amenaza, pero no lo es. Muchas veces ponemos nuestra felicidad en una persona o en una cosa, y cuando esta desaparece, nuestra felicidad también. Tú tienes la posibilidad de decidir qué es tu felicidad, y cómo la consigues sin depender de nadie.
La felicidad llega con aprendizaje, sacrificio, con entender que el contexto en el que estás actualmente no es permanente, pero mientras más rápido lo aceptes y lo hagas parte de ti, más rápido podrás modificarlo.
30. Tú eres suficiente
El síndrome de la impostora puede no dejarte disfrutar tus triunfos (ver consejo 20), sumado a esto vivimos en una sociedad que le encanta la comparación. Ella es más bonita, él es más exitoso. Él es más guapo, ella gana más. Y así, distintos comentarios que pueden hacerte pensar que te falta algo, que lo que hoy eres, no es suficiente.
Pues, noticia de último momento, quien tú eres, en este mismo instante, es suficiente. Todos estamos en constante crecimiento, avance, aprendizaje, pero la foto de quien tú eres hoy, es suficiente. Las comparaciones apestan, y casi nunca son objetivas. Ámate con tus imperfecciones y maravillas. Acéptate con lo que te falta mejorar y con lo que ya dominas.